lunes, 5 de noviembre de 2012

"Cena en casa de Javi" .. 12/7/2012

 
 Otro día mas, en casa de Javi

 

 
Despues de la reunión el  cafetito

"Los pasos perdidos" (Alejo Carpentier)

Alejo Carpentier
(La Habana, 1904 - París, 1980) Novelista, narrador y ensayista cubano con el que culmina la madurez de la narrativa insular del siglo XX, además de ser una de las figuras más destacadas de las letras hispanoamericanas por sus obras barrocas como El siglo de las luces.
Sobre su biografía existen varias lagunas y contradicciones dada la desigual información de la que se dispone. Según el propio autor, nació en La Habana, fruto del matrimonio de un arquitecto francés y una pianista rusa, y se formó en escuelas de Francia, Austria, Bélgica y Rusia. Tras su muerte, sin embargo, se empezó a documentar una muy distinta biografía que situó el nacimiento del autor en Suiza, procedente de una familia humilde que emigró a Cuba instalándose en el pueblo de Alquízar, donde el futuro escritor trabajó como repartidor de leche
Lo que sí está fuera de dudas es que Carpentier inició su actividad literaria en simultáneo con la musicología, su otra vocación de toda la vida en la dirección de la revista Carteles, entre 1924 y 1928. Además, colaboró en la fundación de la Revista de Avance, en 1927. En 1928 fue encarcelado bajo la dictadura de G. Machado y a la salida huyó de la isla, hasta que regresó a ella, tras un exilio en París de prácticamente una década. De este período fue su primera obra, Ecué-Yamba-O (publicada en 1933, aunque al parecer la escribió ya en 1927), una novela de temática negra con la que Carpentier inauguró su carrera como escritor.
En 1944 se trasladó a Caracas, donde vivió varios años, dedicándose al periodismo radiofónico y ejerciendo también de profesor universitario y columnista en diarios y revistas, mientras realizaba una interesante difusión de la música contemporánea. Luego de una temporada en Haití, regresó a Cuba tras la Revolución castrista y ocupó varios cargos oficiales hasta que en 1966 fue nombrado embajador en París, donde permaneció hasta sus últimos días.
Su actividad literaria, aunque iniciada en 1933, no tuvo continuidad hasta 1944, año en que vio la luz una compilación de cuentos titulada Viaje a la semilla. Escribió también antes de su siguiente novela un ensayo titulado La música en Cuba (1946). Finalmente, en 1949, apareció uno de sus trabajos literarios más emblemáticos: El reino de este mundo, un ejercicio de excelente rigor histórico, como serán en adelante la mayor parte de sus obras, en el que Carpentier narró un episodio del surgimiento de la república negra de Haití. Precisamente en el prólogo de esta novela, el autor expuso la tesis que definía "lo real maravilloso".
Su definitiva consagración como escritor llegó sin embargo con Los pasos perdidos (1953) novela en la que un musicólogo antillano que reside en Nueva York, casado con una actriz, es enviado a un país sudamericano con el encargo de rescatar y encontrar raros instrumentos.
En el viaje lo acompaña una amante francesa, que parece representar la decadencia europea y a la que el musicólogo abandona por una mujer nativa a través de la cual entra en contacto con la vida de una comunidad indígena, de donde es rescatado y llevado de nuevo a una civilizada ciudad a la que no llega jamás a adaptarse, hasta que regresa a la selva. Un relato abstracto e irreal donde se funden los conocimientos y la inteligencia del autor con las imágenes más profundas de su expresión literaria.
Más tarde llegó El acoso (1956), tras su experiencia en Venezuela, una novela corta de temática entre política y psicológica, donde se refleja fielmente el círculo de represión y violencia de la Cuba anterior a la Revolución, en la década de 1950, aunque no fue una novela documental: en esta obra los episodios se suceden en coincidencia con los cuarenta y seis minutos que dura la interpretación de la Sinfonía Heroica de Beethoven.
Le siguió el volumen Guerra del tiempo (1958), donde el autor reunió tres relatos que suponían otras tantas variaciones sobre el tiempo en una ambientación pretérita: Camino de Santiago, una reedición de Viaje a la semilla y Semejante a la noche. Fueron tres breves incursiones de Carpentier en el mundo de lo fantástico y de la ficción, protagonizadas por la irreversibilidad de lo ocurrido. Posteriormente, regresó a la novela histórica con El siglo de las luces (1962), ambientada en Francia y las Antillas en el período de la Revolución Francesa.
En esta obra narró la peripecia de un personaje llamado Víctor Hugues que llevó a la isla de Guadalupe la ideología de los revolucionarios franceses y también la guillotina. Una novela cautivante que confirmó el poder de convocatoria visual de su autor, en la que presenta personajes y ambientes lejanos en la historia y los acerca al lector atrapándolo en un asombroso tejido verbal.


Los pasos perdidos es una novela del escritor cubano Alejo Carpentier. Esta novela, publicada en 1953, se inscribe perfectamente en el mundo de lo real maravilloso, algo que Carpentier describiera como patrimonio y natural de Latinoamérica. Cuenta el viaje a la selva de un apasionado de música que busca el origen de la música a través de los viejos instrumentos. Le encargan que traiga instrumentos de la selva venezolana. Emprende el viaje con su amante Mouche (su mujer es artista y sus giras le impiden verla a menudo, por lo que se siente frustrado). Durante el viaje, a medida que se interesa por la vida en la selva se desprende de su amante, y conoce a una joven, Rosario, de la que se enamora. Rompe con su amante y se instala a vivir con Rosario en la selva. Conoce también a un buscador de oro que ha creado una ciudad en la selva. Tiene que regresar a la ciudad porque su mujer lo busca. Logra divorciarse y acude otra vez a la selva para reunirse con Rosario, pero se entera de que se ha casado: nunca pensó que iba a regresar a instalarse de verdad con ella.
Por lo tanto, regresa a la selva porque es allí donde se siente más conectado consigo mismo.

lunes, 1 de octubre de 2012

"Mi tio Oswald" (ROALD DAHL)

ROALD DAHL
Roald Dahl nació en Llandaff, Cardiff, Gales, el 13 de septiembre de 1916, de padres noruegos, Harald Dahl y Sofie Magdalene Hesselberg de Dahl. Fue nombrado Roald en honor al explorador Roald Amundsen, considerado héroe nacional en Noruega durante esos tiempos. En 1920, cuando Roald tenía cuatro años, su hermana de siete, Astri Dahl, murió de apendicitis. Sólo unas pocas semanas más tarde, su padre Harald también murió, víctima de una neumonía, a la edad de cincuenta y siete años. A pesar de su viudez, su madre prefirió mantener la familia en Gran Bretaña a retornar a Noruega a vivir con sus parientes, para cumplir el deseo de su marido de que sus hijos fueran educados en escuelas inglesas.
Viviendo aún la familia en Gales, Roald asistió a la Escuela de la Catedral de Llandaff.
A la edad de ocho años, Roald y cuatro de sus amigos fueron bastoneados por el director luego de poner un ratón muerto que encontraron en su jaula del colegio, en un tarro de dulces (concretamente, de inflamofletes) en un negocio local, castigo que su madre consideró desmedido, retirándolo de la escuela.
Cuando tenía nueve años, Roald Dahl fue enviado a la St. Peter's School, un colegio privado en la ciudad costera de Weston-super-Mare, a la que asistió desde 1923 hasta 1929. Desde los trece años fue educado en la Repton School, en Derbyshire, donde fue ayudante de un prefecto, se convirtió en capitán del equipo escolar de fives y desarrolló su interés en la fotografía. Durante sus años en Repton, Cadbury, una fábrica de chocolates, ocasionalmente enviaba cajas de sus nuevos productos a la escuela para que fueran probados por los pupilos. Dahl solía soñar con inventar una nueva barra de chocolate que sería el asombro del mismo señor Cadbury, lo cual le sirvió como inspiración para escribir su segundo libro para niños, Charlie y la fábrica de chocolates.
A lo largo de su infancia y adolescencia, pasó sus vacaciones de verano en Noruega. Su niñez es el tema de su libro, Boy (relatos de infancia), en el que insiste que dicho libro no es su autobiografía, sino unas historias ocurridas en su niñez que le inspiraron para escribir otros libros.

[editar] Vida adulta

Después de terminar el colegio, pasó tres semanas explorando Terranova con un grupo llamado Publico Schoolss Exploring Society. En julio de 1934 ingresó a trabajar en la empresa petrolífera Royal Dutch Shell. Tras dos años de entrenamiento en el Reino Unido, fue transferido a Dar-es-Salaam, Tanganica (actual Tanzania). Junto con los otros dos únicos empleados de Shell en todo el territorio, vivió lujosamente en la Shell House, en las afueras de Dar-es-Salaam, con un cocinero y ayudantes personales. Suministrando combustible en Tanganica, se enfrentó a hormigas y leones, entre otros peligros.
En noviembre de 1939 se unió a la Royal Air Force. Después de un viaje en coche de casi mil kilómetros desde Dar-es-Salaam hasta Nairobi, fue aceptado para el entrenamiento de vuelo junto con otros dieciséis hombres, trece de los cuales morirían en combate aéreo más tarde. Con siete horas y cuarenta minutos de experiencia en su De Havilland Tiger Moth, comenzó a volar solo y apreció la vida silvestre de Kenia durante sus vuelos. Continuó con el entrenamiento avanzado en Habbaniya (ochenta kilómetros al oeste de Baghdad), Irak. Tras seis meses volando Hawker Harts, fue nombrado oficial y asignado al escuadrón número 80 de la RAF, volando obsoletos Gloster Gladiator. Dahl se sorprendió al descubrir que no sería entrenado en combate aéreo ni en cómo volar los Gloster Gladiators.
El 19 de septiembre de 1940, Dahl volaría su Gladiator desde Abu Suweir, Egipto, hasta Amiriya para recargar combustible, y luego hasta Fouka, Libia, por una segunda carga. Desde ahí volaría a la pista del escuadrón 80, cincuenta kilómetros al sur de Mersah Matruh. En el tramo final, no pudo encontrar la pista y, corto de combustible y con la noche cayendo, se vio forzado a intentar un aterrizaje en el desierto. Desafortunadamente, el tren de aterrizaje golpéo una roca y el avión se estrelló. Roald se fracturó el cráneo, se rompió la nariz y se cegó. Logró arrastrarse lejos del avión en llamas, y se desmayó. Más tarde, escribió acerca de su accidente en su primer trabajo publicado. En una investigación de la RAF acerca del suceso, se descubrió que la ubicación a la que se le había indicado volar era completamente incorrecta, habiendo sido enviado a una zona entre las fuerzas británicas e italianas.
Dahl fue rescatado y llevado a un puesto de primeros auxilios en Mersah Matruh, donde recuperó la consciencia (aunque no la vista), y fue trasladado en tren al hospital de la Royal Navy en Alejandría. Allí se enamoró de una enfermera, Mary Welland, quien fue la primera persona que vio al recuperar la vista, tras ocho semanas de ceguera. Los doctores dijeron que no había ninguna posibilidad de que volviese a volar, pero en febrero de 1941, cinco meses después de ingresar al hospital, fue dado de alta y pasado a tareas de vuelo. En esos momentos, el escuadrón número 80 se encontraba en Elevsis, cerca de Atenas, Grecia, combatiendo junto con la British Expeditionary Force contra las fuerzas del Eje, sin esperanzas de derrotarlos. Ahora en un Hawker Hurricane, en abril de 1941, Dahl atravesó el Mar Mediterráneo para finalmente unirse a su escuadrón en Grecia, seis meses después de convertirse en miembro.
Allí conoció a un cabo cínico que se preguntaba cuánto tiempo sobreviviría el nuevo avión, acompañado sólo por catorce Hurricanes y cuatro Bristol Blenheims en toda Grecia, contra miles de aviones enemigos. El líder del escuadrón tampoco se mostraba entusiasmado por tener sólo un nuevo piloto. De todos modos, Roald se hizo amigo de David Coke, quien, si no hubiese muerto más tarde en combate, se hubiese convertido en Earl de Leicester.
Dahl tuvo su primera acción sobre Calcis, donde Junkers Ju 88s se encontraban bombardeando barcos. Sólo con su Hurricane contra seis bombarderos, logró derribar uno. Escribió sobre todos estos incidentes en su libro autobiográfico Volando solo.
Más tarde prestó servicio en Siria, y luego trabajó en inteligencia. Terminó la guerra como Wing Commander (rango de cuarto grado).
Comenzó a escribir en 1942, cuando fue transferido a Washington, DC como Agregado Militar Aéreo. Su primer trabajo publicado, aparecido en la edición del Saturday Evening Post del 1 de agosto de 1942, fue un cuento titulado Pan comido, describiendo su accidente con el Gloster Gladiator. El título original en inglés era A piece of cake, pero fue cambiado a Shot down over Libya (Derribado sobre Libia) para imprimirle más dramatismo, a pesar de que el accidente no tuvo nada que ver con la acción enemiga.
Estuvo casado durante treinta años (desde 1953 hasta 1983), con la actriz estadounidense Patricia Neal. Tuvieron cinco hijos (incluyendo a la autora Tessa Dahl), uno de los cuales, Olivia Twenty Dahl, falleció de encefalitis por el virus de sarampión a la edad de siete años, en 1962. Theo, su único hijo varón, sufrió un accidente durante su infancia que le provocó hidrocefalia. Como resultado, su padre se involucró en el desarrollo de lo que más tarde se conocería como válvula de Wade-Dahl-Till, un dispositivo para aliviar esta condición.[2] Su hija Ophelia Dahl es directora y cofundadora (junto con el doctor Paul Farmer) de Partners in Health, una organización sin fines de lucro dedicada a proveer cuidados médicos a algunas de las más empobrecidas comunidades del mundo. La hija de Tessa, e inspiración para un personaje de El gran gigante bonachón, es la modelo y autora Sophie Dahl. En 1983, se casó con Felicity Ann d'Abreu Crosland, quien solía ser la mejor amiga de su primera esposa.
Murió de leucemia el 23 de noviembre de 1990, en su casa, Gipsy House, en Great Missenden, Buckinghamshire, a la edad de setenta y cuatro años; y fue enterrado en el cementerio de la parroquia de San Pedro y San Pablo. En su honor, la Roald Dahl Children's Gallery fue inaugurada en el Bucks County Museum, en la cercana Aylesbury. Los compromisos solidarios de Dahl en los campos de la neurología, la hematología y la alfabetización han sido continuados tras su muerte a través de la Roald Dahl Foundation. En junio de 2005, el Roald Dahl Museum and Story Centre fue inaugurado en Great Missenden para celebrar el trabajo de Roald Dahl y avanzar en sus esfuerzos en la alfabetización.


Mi tío Oswald de Roald Dahl:
Este libro recoge una época particularmente desenfrenada de la vida del legendario tío Oswald, millonario, esteta, 'bon vivant' y un Don Juan infatigable, cuya vida amatoria deja en pañales a la del mismísimo Casanova. El tío Oswald es "el mayor fornicador de todos los tiempos", afirma su sobrino y transcriptor de sus Diarios.

Muy joven empieza a amasar su fabulosa fortuna: con polvo de escarabajo sudanés inventa unas píldoras de extraordinarias virtudes afrodisíacas, funda un banco de esperma y, en compañía de la excitante Yasmin, parte en busca de celebridades cuyo semen congelado será adquirido a precio de oro por acaudaladas clientas, ansiosas de tener retoños con pedigree.

En este peculiar safari, las aventuras picarescas, a veces escabrosas, otras delirantes, se suceden a un ritmo trepidante. Yasmin, armada con las infalibles píldoras, seduce a Stravinsky, Renoir, Picasso, Nijinski, Joyce, Freud, Einstein, Conan Doyle, Proust y a una apreciable colección de testas coronadas.

"Bola de sebo" de: (GUY DE MANPASSANT)

Biografía

GUY DE MANPASSANT
Existe una controversia acerca del lugar exacto de su nacimiento, generada por el biógrafo fecampés Georges Normandy en 1926. Según una primera hipótesis, habría nacido en Fécamp, en el Bout-Menteux, el 5 de agosto de 1850. Según la otra hipótesis habría nacido en el castillo de Miromesnil (Tourville-sur-Arques), a 8 kilómetros de Dieppe, como establece su partida de nacimiento. No obstante, todo parece apuntar a que el auténtico lugar de nacimiento fue este último.
Su juventud, muy apegada a su madre, se desarrolló primero en Étretat, y más adelante en Yvetot, antes de marchar al liceo en Ruan. Maupassant fue admirador y amigo de Gustave Flaubert al que conoció en 1867. Flaubert lo tomó bajo su protección, le abrió la puerta de algunos periódicos y le presentó a Iván Turgénev y Émile Zola. El escritor viajó a París tras la derrota francesa en la guerra franco-prusiana de 1870 y trabajó como funcionario en varios ministerios, hasta que publicó en 1880 su primera gran obra, Bola de sebo, en un volumen naturalista preparado por Émile Zola: "Las veladas de Médan". El relato, de corte fuertemente realista, según las directrices de su maestro Flaubert, fue grandemente ponderado por éste.
Esta publicación permite a Maupassant adquirir una cierta notoriedad en el mundo literario. Será finalmente autor de multitud de cuentos y relatos (más de 300). Sus temas favoritos son los campesinos normandos, los pequeños burgueses, la mediocridad de los funcionarios, la guerra franco prusiana de 1870, las aventuras amorosas o las alucinaciones de la locura: La Casa Tellier (1881), Los cuentos de la becada (1883), El Horla (1887), a través de algunos de los cuales se transparentan los primeros síntomas de su enfermedad.
Son especialmente destacables sus cuentos de terror, género en el que es reconocido como maestro, a la altura de Edgar Allan Poe. En estos cuentos, narrados con un estilo ágil y nervioso, repleto de exclamaciones y signos de interrogación, se echa de ver la presencia obsesiva de la muerte, el desvarío y lo sobrenatural: ¿Quién sabe?, La noche, La cabellera o el ya mencionado El Horla, el cual pertenece al género de horror.
Publicó asimismo cinco novelas: Una vida (1883), la aclamada Bel-Ami (1885) o Fuerte como la muerte (1889), Pierre y Jean, Mont-Oriol y Nuestro corazón
Escribió bajo varios seudónimos: Joseph Prunier en 1875, Guy de Valmont en 1878, Maufrigneuse de 1881 a 1885. Menos conocida es su faceta como cronista de actualidad en los periódicos de la época (Le Gaulois, Gil Blas, Le Figaro...) donde escribió numerosas crónicas acerca de múltiples temas: literatura, política, sociedad, etc.
Atacado por graves problemas nerviosos, síntomas de demencia y pánico hereditarios (reflejados en varios de sus cuentos como el cuento "Quién sabe", escrito ya en sus últimos años de vida) y a consecuencia de la sífilis, intenta suicidarse el 1 de enero de 1892.Luego de cuatro intentos suicidas en los que utilizaba navajas de afeitar para degollarse lo internan en la clínica parisina del Doctor Blanche, donde muere un año más tarde. Está enterrado en el cementerio de Montparnasse, en París.



Huyendo de Ruan se dispone una diligencia para 10 personas que obtienen un salvoconducto para ir a El Havre; en ellas se disponen tres ricos matrimonios que huyen de la ocupación Prusiana preservando sus fortunas. Junto a ellos viajan dos monjas, un fiero demócrata -que espera continuar sus acciones en El Havre- llamado Cornudet y una conocida señorita de la vida galante conocida como Bola de Sebo. Lo que se espera sea un rápido trayecto se ve dificultado por el paso de las tropas y otros imprevistos, en esa jornada la única que llevaba alimentos es Bola de Sebo quien los comparte con los demás viajeros, a pesar de haber sentido las críticas y el desprecio de ellos durante el viaje.
El carro tiene que hacer alto en una posada, allí un oficial prusiano impide seguir el trayecto a no ser que Bola de Sebo acepte pasar una noche con él; esta se niega, cosa que las "distinguidas" damas no entienden debido a su oficio. Los caballeros dulcemente tratan de convencerla, sobre todo el conde, y Cornudet francamente le ordena aceptar. Finalmente, Bola de Sebo acepta.
Al otro día se reanuda el viaje, Bola de Sebo es nuevamente el centro de las miradas sobre todo de las señoras, a media mañana los viajeros sacan sus alimentos para consumirlos, Bola de Sebo debido a la noche que pasó con el oficial no tuvo tiempo de preparar nada y ninguno de los viajeros ofrece algo a ella, por lo que el resto del viaje lo pasa sollozando, Cornudet empieza a tararear y cantar una canción republicana para horror de los tres matrimonios.





lunes, 3 de septiembre de 2012

"Juntos, nada mas" (Anna Gavalda)

 

Juntos nada más de Anna Gavalda:
Anna Gavalda
Juntos nada más de Anna Gavalda:
Camille tiene 26 años, dibuja de maravilla, pero no tiene fuerza para hacerlo. Frágil y desorientada, malvive en una buhardilla y se esmera en desaparecer: apenas come, limpia oficinas de noche y su relación con el mundo es agonizante. Philibert, su vecino, vive en un apartamento enorme del que podría ser desalojado; es tartamudo, un caballero a la antigua que vende postales en un museo, y el casero de Franck. Cocinero de un gran restaurante, Franck es mujeriego y vulgar, lo cual irrita a la única persona que lo ha querido, su abuela Paulette, que a sus 83 años se deja morir en un asilo añorando su hogar y las visitas de su nieto. Cuatro supervivientes magullados por la vida, cuyo encuentro va a salvarlos de un naufragio anunciado. La relación que se establece entre estos perdedores de corazón puro es de una riqueza inaudita, tendrán que aprender a conocerse para lograr el milagro de la convivencia. Juntos, nada más es una historia viva, con un ritmo suspendido en el aire, llena de esos minúsculos dramas personales que seducen por su sencillez, su sinceridad y su inconmensurable humanidad. Anna Gavalda deja hablar a sus personajes, posee un agudo sentido de la observación de la fragilidad del ser humano, del delicado equilibrio entre la felicidad y la desesperanza, entre los sentimientos y las palabras para contarlos. Ha dado en el blanco con una novela divertida, que se lee de un tirón y que celebra la felicidad de estar con quien de verdad es importante. A punto de ser llevada al cine, Juntos, nada más ha hecho temblar durante meses las listas de los libros más vendidos de Francia.

Trailer de la pelicula








martes, 22 de mayo de 2012

"Diario de una ama de casa desquiciada" (Sue Kaufman)

Sue Kaufman nació en 1926 en Nueva York, donde vivió hasta su muerte en 1977. Se graduó en el Vassar College en 1947 y empezó a colaborar con publicaciones como The Atlantic Monthly, The Paris Review y The Saturday Evening Post. Su primera novela, The Happy Summer Days, apareció en 1959, pero el mayor éxito de toda su carrera le llegó en 1967 con la publicación de la novela Diario de un ama de casa desquiciada, que fue adaptada al cine en 1970 por Eleanor y Frank Perry. Otras obras de la autora son: Green Holly (1961), The Headshrinker’s Test (1969), Falling Bodies (1974) y The Master and Other Stories (1976). Desde 1980, la Academia de las Artes y las Letras norteamericana convoca el Premio Sue Kaufman de Ficción en su memoria

Novela
sobre perdedores las hay a docenas; en la literatura estadounidense, de hecho, casi podría considerarse que constituyen un subgénero en sí mismas. Pero lo que no abundan son historias sobre perdedoras, sobre mujeres que afronten la existencia como un inevitable camino de renuncia y obstinación. Bien, Diario de un ama de casa desquiciada es una de esas historias, rescatada del limbo literario por Libros del Asteroide para deleite de los amantes de la buena narrativa y, sobre todo, de las tramas sólidas y de los personajes complejos.
Tina Balser es un ama de casa bien posicionada, casada con un acaudalado abogado de éxito y con dos hijas y un perro a su cargo. Su vida, aparentemente idílica, es en realidad un pozo de obsesiones, terrores y problemas, ya que Tina arrastra una cierta neurosis desde hace años y es incapaz de afrontar sus obligaciones sin caer en la depresión. La novela se estructura en forma de un diario que decide llevar en secreto para tratar de serenarse poniendo por escrito sus pensamientos. Sue Kaufman acierta en el enfoque, ya que la voz de la narradora alcanza una intimidad encomiable: es cierto que el formato de diario personal es un poco artificioso (en algunos pasajes la narración es tradicional y la primera persona suena impostada), pero en general el resultado es de una cercanía más que notable.
Ello se debe, sobre todo, a la profundidad con la que está creado el personaje de Tina. Kaufman retrata a una mujer endeble, enfermizamente débil, pero con una resolución que se afianza a medida que sufre reveses emocionales. Diario de un ama de casa desquiciada nos muestra lo solitaria que puede ser una vida de apariencia feliz: los sinsabores que se padecen día tras día pueden llegar a convertirse en pesadillas de las cuales es imposible zafarse, como ocurre en el caso de la protagonista: sus hijas, su marido y, en ocasiones, hasta su perra pueden trastornarla hasta hacerla perder el control de sí misma. Esto podría hacer pensar que Tina Balser es una precursora de Bridget Jones, pero nada que ver con la realidad: la protagonista es una mujer descontenta y de personalidad neurótica, pero Kaufman no construye un personaje amable del que debamos apiadarnos o junto al que podamos reírnos; Tina es una mujer inteligente que, pese a su fragilidad psicológica, es capaz de hacer de su vida un espectáculo que la haga respetable.
La angustia de la protagonista es demasiado cercana como para no sentirse identificado con lo que le sucede. La normalidad de una vida programada por los demás, la presión que impone una sociedad que vive de la imagen que proyecta, la desazón de no ser dueños de nuestras propias existencias… todo eso es muy familiar y son características que se exacerban con el paso del tiempo. El golpe maestro de la autora estriba en mostrar la dualidad de Tina: víctima y verdugo, débil y autoritaria. No es una mujer apocada que se rinde ante un marido egocéntrico ni tampoco una heroína que se enfrenta a todos los contratiempos que se le presentan: es, simplemente, un ser humano dividido entre sus debilidades y sus vilezas, una persona tan capaz de sufrir como de hacer daño. De ahí que su figura como personaje sea real y compleja, a pesar de que la narración venga condicionada por su parcialidad.
Diario de un ama de casa desquiciada

es una novela compleja y sugerente, divertida a ratos y de una profundidad sutil. Como decía al comienzo, es difícil leer un texto con una protagonista "perdedora", pero Sue Kaufman ofrece una vuelta de tuerca al concepto merecedora de todos los halagos. No les defraudará.

jueves, 10 de mayo de 2012

"Un viejo que leía novelas de amor" (Luis Sepúlveda"


Biografía
Al terminar la enseñanza secundaria en Concepción, estudió dirección teatral en la Escuela de Teatro de la Universidad Católica.
Es uno de los escritores en lengua española más leídos y traducidos de Europa. Participó en el movimiento estudiantil de su país; fue apresado por vender droga a los comandantes del ejército chileno y, más tarde, durante el régimen militar, tuvo que exiliarse. En 1980 fijó su residencia en Lima (Perú), donde trabajó como escritor y periodista. Ha escrito colaboraciones para periódicos y revistas de España y América Latina. Ha cultivado diversos perfiles de la narrativa, como el relato ecologista, el cuento infantil, la novela de intriga, la novela policiaca, la novela negra y la crónica de viajes.
Entre sus títulos figuran: Un viejo que leía novelas de amor (1989), obra que transcurre en la selva ecuatoriana, en el mundo de los indios shuar o jíbaros, y que ha recibido el premio Tigre Juan y otras distinciones internacionales, además de haber sido traducida a catorce idiomas; Mundo del fin del mundo (1994), premio de novela corta Juan Chabás; Nombre de torero (1994); Patagonia Express (1995); Historia de una gaviota y del gato que le enseñó a volar (1996); Desencuentros (1997), libro de cuentos; Diario de un killer sentimental (1998); Yacaré (1998); Historias marginales (2000); y Hot Line (2002), una novela negra protagonizada por un detective mapuche.
En 1999, el director chileno Miguel Littín llevó al cine su novela Un viejo que leía novelas de amor, con el título de Tierra del Fuego. El director australiano Rolf de Heer hizo una versión de la misma novela en 2001.[1] Un viejo que leía novelas de amor es su novela más vendida, teniendo en su haber 18 millones de copias

Un Viejo que leía novelas de Amor
Resumen:
La historia parte en el Idilio Donde ay un Dentista que va 2 veces al año a sacarle los dientes a los dientes a los lugareños que lo necesiten (o que lo soliciten como un tipo que obligo a Rubicundo de Loachamín a sacarle los dientes por una apuesta), bueno la cosa es que el protagonista llamado Antonio José Bolívar Proaño, un colono que había llegado hace años a ese lugar con su esposa, la cual desgraciadamente murió.
Este viejo lugareño (quién era uno de los pocos que entendía la cultura de los shuar) tribu que vivía en las cercanías del lugar le pedía al dentista historias de amor para pasar las tardes en el Idilio deleitándose con esas historias con mucho sufrimiento del corazón y amores imposibles y finales felices.
Bueno, la cosa es que una tarde llega un gringo muerto traído por los shuar
Y el viejo se percata de que había sido aniquilado por una tigrilla adulta y la razón de esto era que el gringo había matado a sus crías, sin embargo el alcalde (al cual lo apodaban babosa, ya que desde que había legado al Idilio no había parado de sudar, y que era odiado por todo el pueblo ya que maltrataba a su esposa e imponía impuestos injustos) culpo a los shuar del homicidio y dijo que habían matado al gringo para robarle sus pertenencias, pero el viejo con muy buenas bases comprobado que no había sido así, sino que había sido la tigrilla, y además sentencio que la tigrilla ahora iba a atacar a cualquier hombre que se le pusiera por delante, e iba a ir a cualquier aldea a atacar a los hombres ya que Para ella ahora todos los hombres eran los asesinos de sus crías.
Ante esta situación se organizó una casería, para acabar con el peligro de la tigrilla, en la cual va el viejo, unos cazadores del pueblo y el alcalde babosa, después de una cansadora travesía se encuentran con la tigrilla, y varios hombres habían muerto, así que al encontrarse con la tigrilla solo que daba el viejo quien empieza a recordar cuando vivió con los shuar, de sus costumbres y leyendas.
Después de una estratégica batalla el viejo logra matar a la tigrilla y logra su objetivo finalmente, el matar a esta fiera mata hombres, que después de todo fue el mismo hombre el que la despertó...
El autor:
Luis Sepúlveda nació en Ovalle, Chile, en 1949. Era muy joven cuando decidió ser viajero como quien decide ser oficinista: de Punta Arenas a Oslo, de Barcelona a Quito, de la selva amazónica al desierto de los saharauis, de las celdas de Pinochet al barco de Greenpeace, recorrió casi todos los territorios posibles de la geografía y las utopías.
Y, mientras viajaba, escribía. Publicó el primero de sus 11 libros a los veinte años. Ha recibido entre otros, el Premio Gabriela Mistral de poesía 1976 y el Premio Rómulo Gallegos de novela 1978.
Y, después de “Un viejo que leía novelas de amor”, Premio Tigre Juan (Oviedo, 1989), traducida a 14 lenguas, merecedora de varios otros premios internacionales, convertida en best-seller y vendidos sus derechos para el cine a Jean-Jacques Annaud, nadie puede ignorar ya a este autor.
Cuando el Luis fue exiliado viajó por toda América del sur, y después se fue a Europa, donde reside en la actualidad.
Luis Sepúlveda es un trotamundo Impertinente y eso lo impulsa a desdeñar la famosa aldea global que tanto se habla. Él piensa que estamos a años luz de la aldea global puesto que en zonas como África y América subsisten etnias, tribus, conglomerados de personas que no saben de ellas, que viven subalimentados y subculturizados. Entonces, hablar de aldea global es un engaño. La aldea global existe solo en la informática y es un cuento de intereses, IBM incluida.
La humanidad está a distancia sideral. Debe haber un equilibrio que hoy no existe.
Luis Sepúlveda fue amigo de Julio Cortázar y Osvaldo Soriano, además de Plácido Domingo. Rescata entre sus maestros literarios a Emilio Salgari, Julio Verne, Jack London, Melville, Conrad entre los extranjeros. Dentro del ámbito nacional reconoce sus devociones por Francisco Coloane, (ha tenido especial ingerencia en la divulgación de su obra en Europa) Manuel Rojas, Pablo de Rokha, Carlos Drouguet, Juan Godoy, Nicomedes Guzmán.
Introducción:
En el Siguiente informe de lectura se dará a conocer como un hombre que es muy pobre pero a su vez tiene algo deseado por muchos, la libertad, pero no esa falsa libertad que tenemos nosotros, en donde tenemos que seguir reglas obedecer y trabajar, sino vivir sin preocupaciones, reglas ni exigencias, o sea vivir en la selva, lejos de los ruidos de autos, la contaminación etc. Por lo menos así vivió Antonio José Bolívar Proaño durante su amistad con los shuar.
Tema:
Un viejo pobre que vive en la selva amazónica y que aprende mucho de los indios nativos descubre un apasionado gusto por las novelas de amor Y por la causa de la estupidez de la gente colonizadora y cazadores tiene que enfrentar serios problemas.
Argumento:
Antonio José Bolívar Proaño, después de ser expulsado por los Shuar, de los cuales aprende muchísimas cosas sobre como vivir en la selva, se queda viviendo en el Idilio, zona poco poblada de la selva, en donde esperaba ansiosamente poder leer novelas de amor y de las mas tristes. Cuando el alcalde y los shuar encuentran un cazador muerto que provenía del río, el alcalde opina que los shuar lo mataron pero Antonio José Bolívar tras una fundamentada opinión convence a todos los presentes que había sido muerto por una trigrilla puesto que el cazador traía en su bolso pieles de los cachorros de la madre y esta por supuesto estaba enfurecida y comenzaría a matar a todos los hombres que se encontrara.
Y aquí comienzan las aventuras de un viejo que leía novelas de amor.
Análisis de Personajes:
Alcalde:
Era un gordo odiado por todos, por que llego a el Idilio a cobrar impuestos y vender permisos de pesca y muchas otras cosas solo para ganar dinero, era ignorante en cuanto a las “leyes” de la selva, se cree el dueño de la verdad absoluta y que solo el tiene la razón. Los lugareños lo apodaban la Babosa, porque desde que llego a la ciudad no paraba de sudar, también era una persona muy violenta, porque golpeaba a su mujer.
Los Shuar:
Tribu de la selva, andaban semidesnudos, eran excelentes cazadores, hablaban su propia lengua, bebían aguardiente fumaban cigarros de hoja. Antonio José Bolívar los describía como una manada de micos habladores como los papagayos, borrachos y gritones como los diablos.
No eran violentos con la gente ni con los animales, solo los cazaban para alimentarse no por diversión ni como trofeos, respetaban mucho la vida.
Antonio José Bolívar Proaño:
Viejo de casi unos setenta años, casado con Dolores encarnación del Santísimo Sacramento Estupiñán Otavalo, vivieron con mucha pobreza en la Sierra, hasta que le propusieron algo indignante a Antonio José Bolívar Proaño y a su esposa y decidieron irse a El idilio.
Después conoce a los shuar y su esposa muere, se siente muy solo, pero con sus nuevos amigos disfruta de la verdadera libertad de la cual siempre había soñado, hasta que por un desagradable hecho es expulsado de los shuar.
Se dedica a leer novelas de amor, repetidas veces, hasta aprendérselas de memoria.
Se convierte en un viejo bastante solitario de pocas amistades amante de las novelas de amor pero de espíritu valiente y aventurero.
Rabicundo Loachamín:
Era el dentista que iba 2 veces al año al El Idilio a arreglar los dientes de los indígenas, Antonio José Bolívar Proaño después de averiguar su tema favorito en las novelas le cuenta y el se ofrece a traerle libros cada vez que pueda, era el único amigo de Antonio José Bolívar Proaño, de trato un poco rudo con los pacientes indígenas, pero amable al querer ayudar a su amigo
Descripción de Ambiente Físico:
El Idilio:
Lo atravesaba un río, al comienzo había una bodega de semillas y herramientas y viviendas para los recién llegados. Pero después se convirtió en una veintena de casas ordenadas que formaban una calle frente al río, y al final una construcción más grande que en la entrada decía ALCALDÍA.
La Selva:
Habitaban muchos animales salvajes, era un sitio peligroso incluso para los shuar, después de una lluvia si salía el sol, todo se llenaba de una neblina muy espesa que no dejaba ver ni respirar por causa de la evaporación.
Desenlace:
Se organiza un grupo de búsqueda dispuesto a matar e esa tigrilla. El alcalde es muy torpe y comete errores muy graves que le podrían costar la muerte. Siguen internándose cada vez mas en la selva hasta que oscurece y deciden acampar en un lugar, al sentir un ruido el alcalde prende se linterna y despierta a los cientos de monos que dormían en la copas de los árboles que responden bañándolos en excremento, se van rápidamente gracias a la lluvia se limpian un poco la cabeza por que si no se la estarían devorando los mosquitos y continúan la búsqueda. Al final el alcalde cansado humillado, por su ignorancia, decide que le pagaría una buena cantidad de dinero a Antonio José Bolívar Proaño por quedarse y matar a esa tigrilla, el acepta por que cree que es capaz, corre hacia un campamento de los cazadores y se enfrenta nuevamente con la tigrilla pero esta vez no atacaba solo movía su cola, Antonio José Bolívar Proaño se percato de que había un tigrillo bastante mal herido y lo acaricia se compadece y le da dos tiros los cuales le quitan la vida inmediatamente, que eran lo que buscaba la tigrilla. Se queda bajo una de esas canoas mal construidas por los cazadores pensando mas asustado que de costumbre, el miedo se empieza a apoderar de el hasta una garra casi lo alcanza, se corre hacia el otro extremo y dispara hacia la garra, su disparo es certero ve a la tigrilla lamiéndose la pata ensangrentada pero siente un dolor en su pie, no calculo bien y vario de los perdigones disparados se encuentran en su pie, ahora están en las mismas condiciones. La escucho alejarse y levanto un poco la canoa para poder disparar y ahí estaba la hembra en posición de ataque, espero hasta que saltara y en su punto máximo de altura disparo perforando el abdomen de la tigrilla, al verla tirada en el piso aprecio su gran belleza color y tamaño y sintió un odio inmensamente grande por las estupideces hechas por los cazadores.
Conclusión:
Como conclusión podemos decir que para ir a lugares tan peligrosos como la selva hay que ir con gente que haya vivido o que viva allí actualmente como es el caso de Antonio José Bolívar Proaño o algún otro nativo como los shuar y que la lectura puede ser un gran acompañamiento para la soledad y sobre todo si es de un tema que a uno le fascina